Aristóteles ya tenía claro que el sueño de su maestro era imposible. Quedose sin amigos y decidió pasar a mejor vida antes que sufrir la decadencia
física y la coexistencia humana. Todos lo querían matar: los macedonios por
haberse hecho ateniense, los atenienses por ser extranjero. Tal vez si lo
hubieran dejado tranquilo se hubiera retirado a una villa a comer aceite de
oliva, pan y filosofía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario